CUANDO NO PUEDAS PENSAR, ESCRIBE

domingo, 30 de enero de 2011

FUTURO

La ansiedad por el futuro le paralizaba las ideas, ¿qué sería de ella? ¿cumpliria todos aquellos sueños que habia ido construyendo a lo largo de su adolescencia? Los años le quedaban grande, asustada por tener que salir de su caparazón, por volar del nido, por despertar de su hibernación.
Miraba a todos lados, moviendo la cabeza muy rápido, buscando la salida. La respuesta nunca estaba allá fuera.
Ella buscaba su futuro, porque necesitaba saber qué camino tomar, pero su futuro no estaba aún a la vista, o no se dejaba ver. O simplemente no existía. Su futuro, el que ella buscaba ansiosa a su alrededor, solo se encontraba en ella.

El ruido externo la confundía, dejándola sorda en su interior, sin poder escucharse a si misma. Los listos y los menos listos opinaban sin pensar sobre aquello que a ella le atormentaba, y nadie paraba dos minutos a escuchar su grito ahogado.
Dejó de buscar consejos una noche tras unas cuantas cervezas. Volvía a casa con el abrigo abierto, para impregnarse del mundo, para que el frio le diera en el pecho y le sacase de un golpe todo lo que alli escondía. Llego a casa y se metió bajo el edredón.
- Tal vez no sea hoy el día que decida mi futuro- Pensó.
Y debía estar escrito, porque ese no era el día.

Lucia

sábado, 15 de enero de 2011

los médicos del futuro

Los médicos del futuro.
Harta de escuchar innumerables críticas a los jóvenes, la pérdida de los valores, la generación nini, y la inminente llegada del fin de la moral humana, decidí escribir lo que todos esos decepcionados con la sociedad, aburridos de si mismos y de sus trabajos no saben: cómo seremos los médicos del futuro.
Miro a mis amigos en la biblioteca y me planteo cómo seremos los médicos del futuro. Sin lugar a dudas, de los miles que saldremos de la carrera dentro de un par de años largos habrá de todo, desde el más prepotente al más empático pasando por inútiles, estresados y gente normal.
Pero miro a mi alrededor en la biblioteca, veo a mis compañeros en el hospital, veo como miran al paciente, veo como hablan al médico, como buscan la complicidad con los residentes y veo a los médicos del futuro.
He visto a compañeros coger manos, mirar a los ojos, sonreir a quien tienen delante. Los he escuchado criticar hasta la saciedad a los médicos que no miran, no escuchan, no tocan, no sienten.
He visto la empatía en cada gesto, las ganas de aprender, el respeto al que sabe, la desaprobación al que cree que todo lo sabe.
Un estudiante en un hospital es el último mono, el mono al que nadie mira llegue a donde llegue, el mono al que bronquea el celador, el auxiliar y el enfermero. Somos unos monos enanos hasta que alguien se para y nos mira... ¡somos diamantes en bruto! Ya vereis, cabrones.

Lucia

sábado, 8 de enero de 2011

MARIO BENEDETTI

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti
Un poema para llevar por bandera