CUANDO NO PUEDAS PENSAR, ESCRIBE

domingo, 29 de mayo de 2011

LA MELENA ROJA

Se le ha quedado la melena roja toda alborotada, como a ella le gusta. Ya casi no le queda carmín en los labios. Prefiere no pensar por dónde irá el rimmel.
Se da la vuelta en la cama y tira de la sábana. Saca el pie por fuera para que le de el aire. Mira el móvil y sus pendientes en la mesilla. No piensa poner el despertador.
Él guarda silencio, está bocarriba y se pone el brazo bajo la cabeza. Tiene el pelo alborotado, como a ella le gusta. Duda, mueve la mano, vuelve a dudar. Mueve la mano, con la punta de los dedos le toca la espalda, recorre unos centímetros de su recta columna, duda, quita la mano, vuelve a meterla bajo la cabeza.
Ella está despierta. Hace como si no hubiese sentido la mano. Espera que él no haya notado que se le ha erizado la piel. Espera que él piense que está dormida. Espera que él no le hable -porque no sabe qué decirle-, espera que él no se levante de la cama, espera que no amanezca -para no tener que despertarse-, espera que su cabeza deje de pensar. Se queda dormida. Él le toca el pelo.

Lucia

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