El botón activador de mi mala leche en la tipica conversación de politiqueo suele ser el momento en el que alguien me dice que tengo que aprender a ser más TOLERANTE.
Eres una INTOLERANTE, Lucía. No todo el mundo tiene que pensar como tú. Si ellos lo ven así déjalo.
La palabra INTOLERANTE me zumba en los oídos un rato, mientras me altero y abro los ojos mucho defendiendo que ser tolerante no es que absolutamente todo te parezca bien, que puedes reprochar ideas, detestar gobiernos y partidos políticos sin ser un INTOLERANTE con quien los apoya. Y que no hay que pecar de TOLERANTE, porque ser excesivamente 'tolerante' es pecar de permisivo y poco crítico. Pero me llaman INTOLERANTE, y me zumba en los oidos.
Pero lo de hoy... lo de hoy ya ha sido demasiado... Una doctora, una persona respetable... Llamarme, a mí, intolerante. ¡Intolerante a la LACTOSA! Eso lo será usted.
Lucia
Eres una cachonda, sis
ResponderEliminarEnhorabuena por el texto. Me ha encantado!
ResponderEliminarQue dilema tengo siempre con mi nivel de tolerancia. Lo voy subiendo o bajando según el azúcar que le eche al café... o vete tu a saber
Anónimo = pelos. Que esto de perder la autoría no me ha gustado nada
ResponderEliminarjaja. Muy bueno,aunque no se yo el grado de politica que habría en tu conversación con la doctora :p
ResponderEliminar