La ansiedad por el futuro le paralizaba las ideas, ¿qué sería de ella? ¿cumpliria todos aquellos sueños que habia ido construyendo a lo largo de su adolescencia? Los años le quedaban grande, asustada por tener que salir de su caparazón, por volar del nido, por despertar de su hibernación.
Miraba a todos lados, moviendo la cabeza muy rápido, buscando la salida. La respuesta nunca estaba allá fuera.
Ella buscaba su futuro, porque necesitaba saber qué camino tomar, pero su futuro no estaba aún a la vista, o no se dejaba ver. O simplemente no existía. Su futuro, el que ella buscaba ansiosa a su alrededor, solo se encontraba en ella.
El ruido externo la confundía, dejándola sorda en su interior, sin poder escucharse a si misma. Los listos y los menos listos opinaban sin pensar sobre aquello que a ella le atormentaba, y nadie paraba dos minutos a escuchar su grito ahogado.
Dejó de buscar consejos una noche tras unas cuantas cervezas. Volvía a casa con el abrigo abierto, para impregnarse del mundo, para que el frio le diera en el pecho y le sacase de un golpe todo lo que alli escondía. Llego a casa y se metió bajo el edredón.
- Tal vez no sea hoy el día que decida mi futuro- Pensó.
Y debía estar escrito, porque ese no era el día.
Lucia
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