Olores extremos
del invierno pasado,
vuelven a mi cabeza,
desordenada hoy.
Traen tras ellos nostalgia,
nostalgia de aquello
que un día
no perdí.
Olores extraños,
que no te extraño,
que no recuerdan a nada,
y olores de antaño,
casi olvidados,
que recuerdan a ti.
No solo tu piel huele a invierno,
sabe a miel y sal,
tu piel erizada habla cuando hace frio
y yo la escucho batir las alas fuerte.
La velocidad me confunde
mientras pienso si tendrás
un trocito de invierno bajo el abrigo.
Se que lo tienes para mi.
Yo te traigo otro. Tómalo.
Lucia
Me gusta el poema. Miel y sal y Miel con azufre ;). Es muy gráfico y me gusta el invierno tan presente... y tan pasado
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