CUANDO NO PUEDAS PENSAR, ESCRIBE
viernes, 29 de enero de 2010
lunes, 25 de enero de 2010
DESPIERTA
Desperté casi destapada, con la sensación de llevar meses dormida.
¿Dónde estoy?
Me picaban los ojos, que llevaban demasiado tiempo cerrados,
y tenía las manos aún dormidas, medio inválidas, medio atontadas.
Hacía tiempo que no tocaban nada. Que no tocaban a nadie.
Los pies, insensibles, asomaban sobre a los pies de la cama.
Y el pelo estaba enredado, sin orden, tapándome las orejas,
que hacía tiempo que no oían voces, ni música, ni a ti.
Entraba la luz por las rendijas de la persiana,
la luz de la mañana tempranera,
el airecito de las 7 de la mañana.
Ese aire que habla de la no existencia, porque antes de esa hora nada existe,
y todo lo que existe solo lo hace apartir de que amanece.
No faltaba música, ni faltaban voces,
ni faltaba gente.
Entonces, entre las sábanas,
apareciste tú, medio dormido,
tocando mis manos, que estaban dormidas,
tocando mis pies, que se habían quedado fríos,
apartandome el pelo de la cara,
que al taparme las orejas,
no me dejaba escuchar el beso mañanero
que me dabas en la frente.
Buenos días.
Gracias por estar aquí.
Lucía
¿Dónde estoy?
Me picaban los ojos, que llevaban demasiado tiempo cerrados,
y tenía las manos aún dormidas, medio inválidas, medio atontadas.
Hacía tiempo que no tocaban nada. Que no tocaban a nadie.
Los pies, insensibles, asomaban sobre a los pies de la cama.
Y el pelo estaba enredado, sin orden, tapándome las orejas,
que hacía tiempo que no oían voces, ni música, ni a ti.
Entraba la luz por las rendijas de la persiana,
la luz de la mañana tempranera,
el airecito de las 7 de la mañana.
Ese aire que habla de la no existencia, porque antes de esa hora nada existe,
y todo lo que existe solo lo hace apartir de que amanece.
No faltaba música, ni faltaban voces,
ni faltaba gente.
Entonces, entre las sábanas,
apareciste tú, medio dormido,
tocando mis manos, que estaban dormidas,
tocando mis pies, que se habían quedado fríos,
apartandome el pelo de la cara,
que al taparme las orejas,
no me dejaba escuchar el beso mañanero
que me dabas en la frente.
Buenos días.
Gracias por estar aquí.
Lucía
domingo, 24 de enero de 2010
MEDICOS
Dijo algún ilustre gilipollas y buen observador, que la humanidad se divide en dos: los médicos y los no médicos.
El estudiante de medicina pasa en poco tiempo de un grupo a otro, sin darse cuenta. Coño, resulta que eres MÉDICO.
La gente te pregunta que qué estudias, y al decir medicina todos ponen cara de satisfacción, alegría, y del partidazo que serías para su sobrino el del pueblo.
La reacción es totalmente distinta cuando es un médico el que te pregunta. Entonces eres tú el que busca cierta complicidad, tratando por un momento de ser del bando de los MÉDICOS, pero él te mira desesperanzado, y te dice que cómo se te ocurre, y que vaya mundo en el que te metes, y que el trabajo es muy duro y no está tan bien pagado como dicen. Y que te hagas notario.
Entonces tú, pequeño e indefenso, que te metiste en la carrera por amor a la humanidad, para salvar vidas, para ayudar, te sientes medio orgulloso de ti mismo, y medio decepcionado.
Bueno. Tras 3 años en la carrera, y tras mis primeros pinitos como médico, en las prácticas del hospital diré...
Que no todos los médicos son iguales.
Que los médicos suelen ser los peores pacientes.
Que acercarse al paciente solo facilita la tarea del médico, y no la dificulta.
Que confio en que seré buena médico.
Y si algún día no lo soy...
que me arrojen a un pozo de mierda.
Lucia
El estudiante de medicina pasa en poco tiempo de un grupo a otro, sin darse cuenta. Coño, resulta que eres MÉDICO.
La gente te pregunta que qué estudias, y al decir medicina todos ponen cara de satisfacción, alegría, y del partidazo que serías para su sobrino el del pueblo.
La reacción es totalmente distinta cuando es un médico el que te pregunta. Entonces eres tú el que busca cierta complicidad, tratando por un momento de ser del bando de los MÉDICOS, pero él te mira desesperanzado, y te dice que cómo se te ocurre, y que vaya mundo en el que te metes, y que el trabajo es muy duro y no está tan bien pagado como dicen. Y que te hagas notario.
Entonces tú, pequeño e indefenso, que te metiste en la carrera por amor a la humanidad, para salvar vidas, para ayudar, te sientes medio orgulloso de ti mismo, y medio decepcionado.
Bueno. Tras 3 años en la carrera, y tras mis primeros pinitos como médico, en las prácticas del hospital diré...
Que no todos los médicos son iguales.
Que los médicos suelen ser los peores pacientes.
Que acercarse al paciente solo facilita la tarea del médico, y no la dificulta.
Que confio en que seré buena médico.
Y si algún día no lo soy...
que me arrojen a un pozo de mierda.
Lucia
miércoles, 20 de enero de 2010
ABRAZAME
A veces nadie me entiende, estoy sola en el mundo,
miro a mi alrededor y nadie habla mi idioma.
¿Qué les pasa a todos?
Los veo dormidos, sin ilusión,
siguiendo el camino marcado,
y los que se salen, se salen mal,
dando tumbos, ciegos.
Luego huyo, y estás cerca.
La luz cae a media tarde, el día nublado,
la música de fondo,
los pasos, las sonrisas.
Hace frío,
hoy el día estuvo vacío,
abrázame.
Lucia
miro a mi alrededor y nadie habla mi idioma.
¿Qué les pasa a todos?
Los veo dormidos, sin ilusión,
siguiendo el camino marcado,
y los que se salen, se salen mal,
dando tumbos, ciegos.
Luego huyo, y estás cerca.
La luz cae a media tarde, el día nublado,
la música de fondo,
los pasos, las sonrisas.
Hace frío,
hoy el día estuvo vacío,
abrázame.
Lucia
miércoles, 13 de enero de 2010
HOY
Respiro hondo, huele a mojado, a autobús y a biblioteca.
Menos tiempo, más horas, más autobús.
Caras en la biblioteca, resurjo entre hojas, libros, planning.
Miro.
Aún me queda una sonrisa.
Horas contadas, días imprescindibles.
Un rato para ti.
Poco para mí.
El reloj se me acelera y no tengo manos para pararlo,
pero los Beatles me cantan al oído,
a ratos me suena el móvil,
María me mira y me sonríe.
Al menos estás aquí.
Sigo existiendo debajo de la bata.
Lucia
Menos tiempo, más horas, más autobús.
Caras en la biblioteca, resurjo entre hojas, libros, planning.
Miro.
Aún me queda una sonrisa.
Horas contadas, días imprescindibles.
Un rato para ti.
Poco para mí.
El reloj se me acelera y no tengo manos para pararlo,
pero los Beatles me cantan al oído,
a ratos me suena el móvil,
María me mira y me sonríe.
Al menos estás aquí.
Sigo existiendo debajo de la bata.
Lucia
sábado, 9 de enero de 2010
INS.
Resulta que yo antes pensaba que existían seguros e inseguros.
Existían dos tipos de personas.
Y ahora resulta que no, que me equivocaba.
Que los que eran seguros son inseguros, y que los inseguros son inseguros. Y que los fuertes y los débiles son inseguros.
Y que nadie sabe nada, y que todos estamos perdidos. Y que nos atamos a personas, aspiraciones, vocaciones, lugares para ser algo más que un alma perdida en el espacio.
Somos un alma perdida en el espacio, que no entendemos ni nosotros mismos, pegada a apegos, troceada y esparcida en el mundo, buscando una seguridad que nos haga esconder nuestra inseguridad.
Que el extrovertido es extrovertido porque le crea inseguridad ser introvertido, que los habladores hablamos porque tememos a quedarnos callados, que los callados temen hablar, que los soñadores no saben no soñar, que el que no sueña siente inseguridad hacia soñar.
Yo escribo porque me crea inseguridad tenerlo todo solo en mi cabeza.
Lucia
Existían dos tipos de personas.
Y ahora resulta que no, que me equivocaba.
Que los que eran seguros son inseguros, y que los inseguros son inseguros. Y que los fuertes y los débiles son inseguros.
Y que nadie sabe nada, y que todos estamos perdidos. Y que nos atamos a personas, aspiraciones, vocaciones, lugares para ser algo más que un alma perdida en el espacio.
Somos un alma perdida en el espacio, que no entendemos ni nosotros mismos, pegada a apegos, troceada y esparcida en el mundo, buscando una seguridad que nos haga esconder nuestra inseguridad.
Que el extrovertido es extrovertido porque le crea inseguridad ser introvertido, que los habladores hablamos porque tememos a quedarnos callados, que los callados temen hablar, que los soñadores no saben no soñar, que el que no sueña siente inseguridad hacia soñar.
Yo escribo porque me crea inseguridad tenerlo todo solo en mi cabeza.
Lucia
jueves, 7 de enero de 2010
LLUEVE
Y yo me pregunto... ¿de quién serán todos esos paraguas rotos que aparecen los días de lluvia por los suelos? Dan esa sensación de triste abandono. Esa que dan los abuelos abandonados por sus nietos, solos en el parquecito, viendo jugar a otros nietos, cuyos abuelos tal vez también están solos (viendo jugar a los nietos de los primeros).
Esos paraguas que un dia... ¿se escaparon de las manos de alguien? ¿nadie decidió ir a buscarlos para darles sepultura en su papelera correspondiente? Tan rotitos, con las varillas fuera, la tela rasgada. Tan abandonados como los abuelos solos de los bares.
Los días grises, en los que uno se siente más inútil, menos capaz, menos fuerte. Esos días como la vejez, menos útil, menos capaz, menos fuerte.
Qué miedo hacerse mayor, qué dificil a veces entender a los mayores, qué saturación de lluvia, qué necesidad de sol, qué ansias de juventud.
Lucia
Esos paraguas que un dia... ¿se escaparon de las manos de alguien? ¿nadie decidió ir a buscarlos para darles sepultura en su papelera correspondiente? Tan rotitos, con las varillas fuera, la tela rasgada. Tan abandonados como los abuelos solos de los bares.
Los días grises, en los que uno se siente más inútil, menos capaz, menos fuerte. Esos días como la vejez, menos útil, menos capaz, menos fuerte.
Qué miedo hacerse mayor, qué dificil a veces entender a los mayores, qué saturación de lluvia, qué necesidad de sol, qué ansias de juventud.
Lucia
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