Respiro hondo, huele a mojado, a autobús y a biblioteca.
Menos tiempo, más horas, más autobús.
Caras en la biblioteca, resurjo entre hojas, libros, planning.
Miro.
Aún me queda una sonrisa.
Horas contadas, días imprescindibles.
Un rato para ti.
Poco para mí.
El reloj se me acelera y no tengo manos para pararlo,
pero los Beatles me cantan al oído,
a ratos me suena el móvil,
María me mira y me sonríe.
Al menos estás aquí.
Sigo existiendo debajo de la bata.
Lucia
Y siempre te sonreiré :)
ResponderEliminarMaría