CUANDO NO PUEDAS PENSAR, ESCRIBE

martes, 12 de julio de 2011

MEDICINA

Cuando decidí estudiar medicina nunca habia tenido aquello que llamaban 'vocación', que parecía ser, según todos, absolutamente fundamental para ser médico. Aquella palabra, vocación, me sugería a un niño de 3 años con un fonendo de jugete colgado al cuello diciendo 'papá, yo de mayor quiero ser médico', y así todos los años de su vida hasta cumplir 18 y lograr entrar en la carrera. Yo de pequeña quería ser taxista para llevar a todo el mundo a su casa. Mierda. Ni rastro de vocación.

Empecé a pensar en estudiar medicina en segundo de bachillerato, y lo que empezó como una vaga idea acabó convirtiéndose en un reto, y el reto, con los meses, en realidad.
Entré en la carrera cagada de miedo, pensando que era demasiado sensible para ser médico, y que tal vez no aguantaría, me echaría a llorar, tendría que acabar en un laboratorio.
Y después de cuatro años de carrera, dos de ellos con prácticas, una ya tiene claro lo que es la vocación. O que sea lo que sea, la tienes.

Querer ser médico no es más que querer estar en contacto con la gente, y con los conocimientos que se han ido adquiriendo a lo largo de los años, tratar de mejorar su vida. Prevenir, cuando no se pueda, curar, y cuando no se pueda, cuidar.

Estar en contacto con la enfermedad, la tristeza y la muerte no me hace más que sacar de dentro felicidad y fortaleza, ganas de agradecer a la vida todo lo bueno, fuerzas para luchar contra lo que venga.
Hoy he visto a un niño de 6 años sin pelo luchar contra una enfermedad con una sonrisa en la cara ¿cómo no lo vas a hacer tú?

Lucía

4 comentarios:

  1. Jo, has logrado empapar mis ojos. =) Sin duda serán una buena médico y una médico buena.

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  2. Muy bien. Flying High. Busca el tema por ahí.

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  3. Eso que llaman vocación, la vocación del niño de 6 años, no existe. Me parece una impostura. Lo que creo que existe es el trabajo, el esfuerzo y un verdadero amor por lo que se hace. Eso sí tiene pinta de ser vocación. Un saludo, Lucía.

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  4. Cuando uno tiene claro lo que quiere ser de mayor, como era mi caso, parece todo mas sencillo. No siempre es así.
    Cuando uno recala en algo que no pensaba, las cosas pintan raras al principio, pero eso tampoco es siempre así.
    Lo que si tengo claro es que, cuando al final uno encuentra lo que realmente debía, todo tiene sentido. Y todo, absolutamente todo, sirve para hacerte mejor.
    Sigue pensando como actúas, y actuando como piensas; llegaras donde ha de ser, llegaras mas allá que los demás.
    Juan Carlos G.Rosado

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